
Saturnino Navazo fue un burgalés nacido a principios del siglo XX que logró el sueño de vivir como jugador de futbol. Llegó a Madrid con su familia en 1921 y durante la Segunda República fichó como centrocampista en el Deportivo Nacional de Madrid, equipo de la segunda división. Pero sus partidos más memorables los jugó a partir de la guerra civil española, en la que se alistó en el bando republicano, combatiendo activamente en los frentes de Levante y Cataluña, con el rango de teniente de carabineros. Finalizada -y perdida- la guerra exilió en Francia, residiendo en Toulouse hasta que con la ocupación alemana fue detenido en 1940 y recluido en el campo de concentración de Fallingbosteil. En 1941 fue trasladado al campo de Mauthausen, donde se convirtió en un símple número.
En un primer momento trabajó como todos los presos en la tristemente famosa cantera de Steinbruch-Wienergraben, en la que él y sus compañeros tenían que subir por una escalera de 186 peldaños 50 kg. de piedras a la espalda cada vez durante jornadas interminables. Fue asi como perdió un dedo, pero no sus piernas, con las que demostró a los nazis que era un futbolista excelente en los partidos que jugaban los prisioneros españoles, húngaros, checoslovacos y rumanos los domigos por la tarde. Él era el capitán y gracias a ello se ganó la confianza de los nazis, que le encomendaron organizar estos partidos de forma oficial. Gracias a sus méritos deportivos fue trasladado a la cocina del campo, para pelar las patatas, cuyas mondas “robaba” para dárselas primero a sus compatriotas y luego al resto de los presos. A espaldas de los nazis organizó una red de solidaridad interna haciendo realidad la máxima que figuraba en un cartel a la entrada del campo de concentración: Arbeit Macht Frei.

En mayo de 1945 los soldados norteamericanos liberan el campo y Saturnino regresa a Francia. Se instala en Revel, cerca de Toulouse, donde rehace su vida. Al poco tiempo ficha por la Unión Sportive Revenoise, donde triunfó ganando durante tres años sucesivos la copa regional. Se casó y tuvo cuatro hijos. En esta localidad francesa del alto Loira perteneció a la Sección del PSOE, a la que representó en los VII y IX Congresos del PSOE en el exilio, celebrados en 1958 y en 1964 respectivamente. En 1968 se trasladó a Toulouse, donde formó parte de la Sección del PSOE. Falleció en Revel el 27 de noviembre de 1986, después de regresar de comprar el pan y sentarse en un banco a descansar.
¿Increíble? Pues no os podéis imaginar cuántas cosas más llegó a hacer que ahora os proponemos averiguar ¡Alucinaréis! ¿Qué os jugáis? Tenéis dos días para comprobarlo. Ánimo.
